Corrupción educativa
Samuel Cepeda Tovar.
No se trata de seguir linchando al magisterio en nuestro país, sin embargo, los datos presentados por el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) en su investigación titulada: “Mapa del magisterio de educación básica en México”, revelan un escenario descabellado en lo que se refiere al sistema educativo nacional.
Además de los pésimos y mediocres resultados en las pruebas de medición de desempeño académico, ya sean Enlace, Excale, etc., y luego de comprobar que las mismas pruebas de Enlace resultaban ser una farsa al demostrarse casos de corrupción en la aplicación de la prueba y los laxos controles para la probidad de la misma. Aparecen entonces los escandalosos datos del IMCO. Y lejos de dejarnos llevar por los aspectos mediáticos que causaron polémica como los sueldos de algunos profesores, existen datos que son todavía más preocupantes.
Por ejemplo, existen 93 escuelas inscritas en el programa denominado “Habilidades digitales para todos”, subsidio que lleva intrínseco el uso de computadoras, sin embargo, dichas instituciones educativas no cuentan con energía eléctrica, a pesar de ello reciben el subsidio íntegro. La pregunta obligada es ¿cómo encienden las computadoras?, o quizá las autoridades del plantel sólo bajan el recurso y lo utilizan en otras “cuestiones” ante la ostensible falta de vigilancia de las autoridades educativas gubernamentales que otorgan los recursos.
En la misma línea, existen 536 telesecundarias, que también carecen de electricidad, y para ello la misma pregunta se hace presente: ¿Cómo encienden las televisiones?, me parece que el desvío de recursos pudiera estar haciendo acto de presencia en estos “institutos de educación”.
De igual manera, resulta alarmante que casi dos mil escuelas con más de 23 mil plazas en nómina pagadas quincenalmente no aparecen en ningún lado. ¿En dónde están?, ¿Quién cobra ese dinero? Y qué decir de los 298 mil maestros que cobran, pero no dan clases, de aquellos comisionados que cobran sin trabajar, de aquellos que cobran dobles plazas y que no laboran en ninguna. De aquellos maestros con marcadas tendencias de impuntualidad y ausentismo, pues México encabeza la lista de la OCDE en cuanto a estas perniciosas y vergonzosas tendencias.
Muchas felonías de este tipo se pueden encontrar dentro de nuestro sistema educativo, pues si bien en cierto gran parte de la culpa en cuanto a la mediocridad de resultados en calidad educativa, así como en cuanto al poco profesionalismo son culpa de los docentes, también lo son del sistema en general, entiéndanse gobierno en sus tres ámbitos a través de las secretarias de educación y los sindicatos magisteriales.
Pero quizá, los responsables directos seamos los mismos ciudadanos y padres de familia que no exigimos la profesionalización del sector magisterial, y mientras el sistema educativo se encuentre permeado por la corrupción, nuestro país seguirá en la misma senda del subdesarrollo y cientos de informes al respecto más llegarán para seguir denunciando lo que ya de sobra es una verdad de Perogrullo.
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